Cuán embarazoso!
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María I de Inglaterra -conocida como “Bloody Mary” por sus sangrientas persecuciones de protestantes, experimentaba un intenso deseo de producir un heredero católico. Tanto, que experimentó un “embarazo psicológico”: dejó de menstruar, su abdomen creció, y hasta sus doctores diagnosticaron la gravidez. Ante los falsos rumores de que el niño había nacido, hubo procesiones de acciones de gracias en Londres. Pero el tiempo pasó sin novedades. Giovanni Michieli, el embajador veneciano, concluyó que “el embarazo terminará en vientos más que en cualquier otra cosa”.
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Fuentes
Anna Whitelock. "Mary Tudor: Princess, Bastard, Queen". Ed. Random House Publishing Group, 2010. ISBN: 9780679603986. Pág. 279 http://books.google.com/books?id=viQHNkMScFoC&pg=PA279