“¿Quiere que se lo autografía también?”
“¿Quiere que se lo autografía también?”
“¿Quiere que se lo autografía también?”
Del griego Arístides El Justo, uno de los generales de la Batalla de Maratón, cuenta Plutarco la siguiente historia:
Cuando se plebiscitaba si se enviaba al ostracismo (el destierro griego) a él o a Temístocles, El Justo se cruzó con un analfabeto que le pidió que escribiera por él “Arístides” en su ostracon, el trozo de cerámica que hacía las veces de voto para estos fines. Le preguntó si acaso le había hecho algún mal. “No” respondió. “y ni siquiera lo conozco, pero me irrita escuchar que lo llamen en todos lados ‘El Justo’”. Pese a la calaña de argumento que era aquel, Arístides escribió su propio nombre.
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Fuentes
Plutarco. “Vida de Arístides”, VII, 5-6.