Corre por tu vida… literalmente
Corre por tu vida… literalmente
Corre por tu vida… literalmente
Cuando el sultán otomano citaba al Topkapi a un visir en falta, se les daba a beber un sorbete. Si era blanco, el visir suspiraba de alivio. Pero si era rojo, debía correr cerca de 300 metros con toda la velocidad que le fuera posible hasta el lugar de ejecución. En caso que el verdugo llegase primero, era ejecutado en el acto y sus restos mortales arrojados al mar. Pero si ganaba la carrera, se le conmutaba la pena por el destierro.
Selim I ejecutó a 7 de sus visires, originando con ello una de popular maldición: “¡Que te vuelvas visir de Selim!”
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Las ejecuciones eran pan de cada día en Estambul. Los visitantes al Topkapi debían pasar por la Puerta Imperial, cuyos nichos laterales exhibían las cabezas de los criminales recientes. Al interior se ubicaban las cabezas de agraviadores del sultán, rellenas de algodón si el desdichado había sido visir (primer ministro), o de paja si ostentaba un cargo inferior.
Fuentes
1-
Barnette Miller. “Beyond the Sublime Porte: the Grand Seraglio of Stambul”. New Haven : Ed. Yale University Press, 1928 2-
Geoffrey Goodwin. “Topkapi Palace: an Illustrated Guide to its Life and Personalities”. London. Ed. Saqi Books, 1999