El duodécimo jugador
El duodécimo jugador
El duodécimo jugador
Relata Eduardo Galeano respecto al tricampeonato del Flamengo de los ’50:
El padre Góes garantizó la victoria a cambio de que los jugadores asistieran a su misa, antes de cada partido, y rezaran el rosario de rodillas ante el altar.
Así, Flamengo conquistó la copa tres años seguidos [1953, 1954, 1955]. Los clubes rivales protestaron ante el cardenal Jaime Cámara: el Flamengo estaba usando armas prohibidas. El padre Góes se defendió alegando que él no hacía más que alumbrar el camino del Señor, y continuó rezando a los jugadores su rosario de cuentas rojas y negras, que son los colores de Flamengo y de una divinidad africana que al mismo tiempo encarna a Jesús y a Satanás. Pero al cuarto año, el Flamengo perdió el campeonato. Los jugadores dejaron de ir a misa y nunca más rezaron el rosario. El padre Góes pidió ayuda al papa de Roma, que no le contestó.
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Bonus Track
El Botafogo recuperó el Campeonato Carioca de 1957 tras nueve años de sequía. Esa jornada, Didi salió de la cancha sin pasar por el camarín y pagó la manda confiada a su santo patrono de atravesar a pie todo Río de Janeiro.
Fuentes
Eduardo Galeano. “Fútbol a Sol y Sombra”. Ed. Siglo Veintiuno, 5° edición, 2014. ISBN 9789876295024. Localización: 809