Ni el exilio los iba a librar de la cultura de los apodos

Ni el exilio los iba a librar de la cultura de los apodos

Ni el exilio los iba a librar de la cultura de los apodos

El escritor Luis Sepúlveda, exiliado en Hamburgo durante la dictadura de Augusto Pinochet, relata que un colega del destierro intentó suicidarse arrojándose desde un octavo piso. Una familia en la terraza del quinto lo vio pasar. Un auto amortiguó su caída y sobrevivió, de modo que en adelante soportó ya no solo el exilio sino también su nuevo apodo: “El cóndor pasa”.

El también escritor Alfonso Alcalde cuenta sobre otro exiliado que visitó a un amigo en Rumania. Al entrar a su departamento lo encontró con la cabeza metida dentro del horno. “Y tú, ¿qué haces?”. Le respondió “¿Pero no te das cuenta de que me estoy suicidando?”. De ahí en más era “El Cabeza de Queque”.

 

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Fuentes

1-

“Conversaciones al fin del mundo”. Testimonio de Luis Sepúlveda en Puerto de Ideas de Valparaíso, 8 de noviembre de 2015 https://vimeo.com/147837171 2-

Lipthay, Isabel. “Alcalde entre nosotros”. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0045180.pdf

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