“Hora de sus descargos, señor campanero”
“Hora de sus descargos, señor campanero”
“Hora de sus descargos, señor campanero”
En la Edad Media y Edad Moderna muchos creían que los tañidos de las campanas ayudaban a dispersar las tormentas eléctricas. En 1786, el parlamento francés emitió un edicto que proscribía la costumbre, en respuesta a 103 campaneros muertos en los 33 años previos como consecuencia de las descargas de rayos transmitidas a través de cuerdas mojadas.
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Fuentes
Burke, James. "Connections". Ed. Little Brown, 1978. Pág. 34 https://archive.org/details/connections00burk/page/34/mode/2up