No le haría daño ni a un mosquito (no viceversa)

No le haría daño ni a un mosquito (no viceversa)

No le haría daño ni a un mosquito (no viceversa)

Jessie Lazear (1866 – 1900), un médico estadounidense que estudiaba la fiebre amarilla, se dejó picar por un mosquito infectado para demostrar que ese era el vector de propagación. Le escribió a su esposa en una carta: “Creo que estoy tras la pista del verdadero germen”. Murió de fiebre amarilla 17 días después de escribirla, a los 34 años. Su sacrificio salvó a millones.

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Fuentes

Lawrence K. Altman. "Who Goes First?: The Story of Self-experimentation in Medicine". Ed. University of California Press, 1987 ISBN 0520212819, págs. 149-150

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