A veces, la automedicación funciona
A veces, la automedicación funciona
A veces, la automedicación funciona
En 1998, Steven Russell estaba preso en una cárcel de Texas. Decidió fingir que padecía SIDA. Dejó de comer cuanto pudo y tomaba laxantes para lucir famélico. Falsificó informes de salud en la máquina de escribir de la biblioteca de la prisión y los envió a los departamentos oficiales a través del sistema de correo interno. La autoridad lo transfirió a un recinto médico. Una vez ahí, se hizo pasar por su propio médico por teléfono, y obtuvo permiso para participar de un tratamiento inexistente, fuera de la prisión. Un par de semanas después, volvió a encarnar al falso médico, para informarles que, lamentablemente, Steven Russell había fallecido.
“Ese escape fue el más difícil”, comentó luego Russell. “Tuve que disciplinarme por completo para perder peso y leí un montón acerca de los síntomas del SIDA”.
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Fuentes
Elizabeth Day. "I love you Phillip Morris: a conman's story". The Guardian, 6 de septiembre de 2009 https://www.theguardian.com/film/2009/sep/06/steven-russell-elizabeth-day-jim-carrey