Acerca de Datos Freak

Para aportar con la causa, es importante tener claro aquello que nos distingue de la despiadada competencia: ¿Qué (demonios) es un Dato Freak?

Es un DATO

(¡pero que sorpresa!)

Esto implica que:

  • Es información objetiva. No es una opinión, una apreciación, una suposición o una tendencia. Es un aseveración cuyo valor de verdad es susceptible de ser verificado por los sabuesos de Datos Freak. Teorías conspiratorias destinadas a transformar la luna en queso cheddar o hipótesis no verificadas de académicos insomnes de la Universidad Nacional de Moldavia están bien para una sobremesa (como se dijo algún día de la Tectónica de Placas) pero no son datos duros que puedan publicarse como tales.
  • Es información concisa y unívoca: El dato, una vez leído, no puede interpretarse de más de una forma. Es lo más corto posible y fácil de leer y entender. ¿Capito?

Es FREAK

(¡vaya, las sorpresas siguen!)

Esto implica que:

  • Es sorprendente. Es difícil creer que sea cierto, pero sin embargo lo es.
  • Pese a ser sorprendente, no es esperable. La mayor parte de los récords no son datos freaks porque, aunque son sorprendentes, uno podía preveer de antemano una cifra monstruosa. Uno “nace sabiendo” que la persona más alta se andaba dando cabezazos con las jirafas, por lo que una vez que confirmamos que en efecto era el caso, la información exacta no logra más que esbozar en nuestro rostro aquella tenue sonrisa triunfal. “Te lo dije, Inés ¿no?”

Los siguientes son ejemplos de aportes que han llegado a la página que no cumplen con nuestros estándares draconianos (la vida de los colaboradores, sin embargo, fue misericordiosamente dispensada):

ERROR TIPO I (Lejos el más comun): Dato específico, pero no freak

“En la casa blanca, hay 13.092 cuchillos, cucharas y tenedores”. No sé si a usted le causa algún placer adicional saber eso, pero a nosotros no, y no queremos atestar esta bellísima selección de genuinas curiosidades con los médicos per cápita de Mauritania y los kilómetros de autopistas de Turkmenistán. Para eso vaya a Wikipedia (pero verifique que esté bien referenciado!).

ERROR TIPO II: Aportar con una idea o tendencia, no objetiva y/o unívoca.

“Muchos atletas olímpicos comenzaron su carrera de deportistas como futbolistas”. ¿Cuánto es “muchos”? Si fuera el 30% podría ser un dato freak, pero no lo sabemos, asi que vuelva para la casa y no asome su cabeza por aquí hasta que no traiga la cifra contante y sonante.

ERROR TIPO III: Tomar todo record como Dato Freak.

“El hombre más alto del mundo era Robert Waldow. Media 2,72 m”. Ya discutido arriba. Supongo que tampoco lo sorprende (ni aumenta su nivel de felicidad) si le cuento que la cascada más alta del mundo queda en Venezuela y mide un kilómetro. Ah ¿En serio le gustó saber eso? Entonces deje esta página, porque le voy a recomendar un libro.

ERROR TIPO IV: Conceder a todo máximo o mínimo la inmerecida condecoración de Dato Freak.

“La palabra en inglés con más significados es SET”. Toda categoría del universo tiene un máximo y un mínimo, pero sólo unos pocos de ellos pasan nuestros severos estándares de sorprendisividad (incorpore esa palabra a su vocabulario, acá marcamos tendencia). Alguna palabra tenía que ser la que tuviera más significados, no es sorpresivo que sea “set” (a menos, claro, que usted tenga un fetiche con las palabras de tres letras con una letra “e” al medio). Por ejemplo, me soplan por el interno que el nombre más común del mundo es Muhammed. So what?. Nuevamente, alguno tenía que ser, y si resulta que es Muhammed, bueno, ya sabe como no llamar a su hijo, pero nada más.

ERROR TIPO V: Multiplicar una cantidad no sorprendente por un tiempo o una distancia muy larga y hacerlo parecer un graaaaan número

“El promedio de consumo de gaseosas de un americano promedio, es de 600 latas anuales. Wooooaauuuuuwww, megasuperfantásticooooooo”. Pues no, y no me discutas en esto, que aquí la autoridad mundial soy yo. Si en cambio dices “0,6 lts al día” o “poco más de medio litro al día” no le va a dar un infarto a nadie. Todo lo que se multiplique por mucho tiempo es una gran cantidad. Por ejemplo, uno orina unos 10.500 litros en la vida, pero podríamos estar hasta que llegue la paz árabe-israelí dando ejemplos como ese, y en el proceso calentando menos a la audiencia que las costumbres sexuales de los antiguos egipcios .

ERROR TIPO VI: Considerar Dato Freak cualquier boludez humana destinada directamente a captar la atención.

“En septiembre de 2008, se realizó un hot dog de 76.23 metros en la localidad mexicana de Monterrey.” El mundo está repleto de personas deseosas de figurar en el libro Guinnes Records o de tener su minuto de fama en la prensa. Estas “proezas” podrían llenar páginas y páginas a la velocidad de Google Caffeine, pero en la inmensa mayoría de los casos sólo requieren de dinero, voluntad -mucha voluntad de hecho- y una tasa algo atípica de boludez para hacer algo de proporciones. No, no son sorprendentes en lo absoluto. Distinto es cuando se trata de una gesta realmente freak, como la de Larry Walters y su cortadora de pasto voladora., o cuando las historias increíbles ocurren en forma involuntaria.

Desmitificaciones

Simple: son aquellos datos que el incansable espíritu de sabueso perdiguero de los editores de Datos Freak (y de la comunidad colaboradora) han podido comprobar como positivamente falsos. Ahora bien, se trata sólo de datos que alguna vez aparecieron como verdaderos o sin fuente y que luego probaron ser falsos, o bien de leyendas urbanas altamente difundidas y que un relevante porcentaje de la incauta población da como verdadero (y que, por lo tanto, merece un espacio en esta web para que prevalezca la verdad por los siglos de los siglos). A diferencia de una de nuestras musas inspiradoras, Snopes.com, Datos Freak NO se da el trabajo de desacreditar rumores nuevos que evidentemente son falsos, y que no han tenido tiempo de incorporarse al inconsciente colectivo con la difusión suficiente para volverse leyendas urbanas hechas y derechas.

Permanecerán en las tinieblas

Nos ENCANTARIA poder contarles que la única frase que Newton emitió en todo su paso por el parlamento fue “cierren la ventana que hace frío” pero los biógrafos más connotados del físico declaran que nunca se sabrá si ello realmente ocurrió es el caso. Hay algunos datos, sobretodo aquellos que se pierden en las sombras de la historia, que posiblemente nunca se podrán verificar con certeza. Bueno, tal vez algún día aparezca nueva información, o tal vez haya algún anciano en un monasterio de Tibet que lo sabe, pero el caso es que en Datos Freak hemos declarado agotada la búsqueda. Encantados si la comunidad nos entrega información distinta. Quien lo haga, podrá elegir cualquiera de las recompensas ofrecidas para los datos sin fuentes (Sí, en efecto, ello incluye los hemipenes del dragón de Komodo.

La (fascinante) historia de Datos Freak

Disclaimer:  Partamos por aclarar que este texto es, con mucho, sobredimensionado para tan poca cosa, una humilde web que no supera las 30 mil visitas mensuales y que ni siquiera ha sido invitado pregonar sus gracias al Festival de la OTI. Pero hay dos explicaciones para ello:

  • Pese a su escuálido éxito, este proyecto le ha tomado a su autor más tiempo del que toma convertirse en neurocirujano. (“And yet, here I am“, parafraseando a un malabarista australiano de paso por Boston a propósito a su dominio de 5 bolas arriba de sus zancos).
  • El texto fue redactado en una una ciudad del este de Turquía mientras su autor esperaba por días y días la visa para Irán, con, digamos, demasiado tiempo libre. (Cuenta la leyenda que el administrador del Cyber Cafe tuvo que despegarlo del teclado cuando su índice derecho comenzó a fusionarse con la letra A).

Osea, si yo fuera usted, nica lo leo entero y a lo más espero el resumen ejecutivo en el noticiaro del mediodía… si es que.

Al grano, carajo!

Los orígenes remotos de Datos Freak datan la década de 1980, cuando el entonces infante Joaquín Barañao (en adelante “El Editor”, su título nobiliario) comenzó a exhibir una particular memoria selectiva para todo aquello que oliera a curiosidad y/o ramales derivados. De hecho, aún recuerda buena parte de un artículo sobre Leyendas Urbanas que, a comienzos de los ’90, publicó la Zona de Contacto, desaparecido suplemento de El Mercurio Miente. Si Sherlock Holmes estaba en lo cierto y la cabeza es como una bodega con espacio limitado, ninguna otra derrocha más el suyo que la de El Editor.

En noviembre de 1992, a los 10, con cara de triste Gato con Botas persuadió a sus padres de despilfarrar el equivalente a tres regalos de navidad en la Feria del Libro de Estación Mapocho para adquirir el preciado Guinness Records 1993. Una edición de rancio abolengo pingüe en información y franciscana en material gráfico, más a la manera de una virtuosa enciclopedia que de una innoble sucesión de pósters publicitarios como lo es hoy. Esta gema no hizo más que incrementar el ingente capital de datos freak del prepúber, y su legado aún se puede apreciar en la web actual, constatando los varios datos que utilizan aquel baluarte como fuente (tipea, sin costo adicional, Guinness 1993 en el buscador).

Con una cabeza cada vez más atiborrada de peculiaridades inútiles, El Editor comenzó a ganar fama a nivel hiper-local: su clase en el Colegio San Ignacio. “Dita”, para los amigos. Fue aquí donde el término “Dato Freak” reemplazó al canónico “curiosidad” en la mente de El Editor, muchas veces pedido por aclamación (esto traería algunas contraindicaciones en reuniones sociales futuras, un contexto en el que nadie quiere ser convocado a escena mediante una caterva de bárbaros coreando “Freak, Freak, Freak!”). En aquellos años aún todo era pura tradición oral.

En septiembre de 2003 El Editor se propuso aprender HTML suponiendo que sería una herramienta útil para el siglo XXI (¡el angelito de Dios!). Lo hizo al modo paleolítico: con Bloc de Notas. Ok, pero… ¿que utilizar como contenido para la web que se iba a crear? ‘ta clarito, ¿no? (Cuando Datos Freak Inc. sea una multinacional con sede hasta en Vanuatu, el hecho de haber comenzado como un pretexto para aprender HTML será un dato freak en sí mismo. Se concede la primicia así por la pura buena onda).

Pocas semanas antes de iniciar este magno emprendimiento, El Editor había recibido de parte de Trinidad Vidal un lindo email con el asunto “esto te va a gustar”. Era una -hoy clásica- lista de datos freak, escrita por un tipo que agradecía con profusión a sus amigos Kalifa, Messra y Sara por proveerle tamaño tesoro. Transcurridos los años esa lista ha sido copiada/pegada en legiones de blogs sin corroboración alguna de su veracidad (a diferencia, por supuesto, de Su Humilde Servidor). Aunque con el correr del tiempo la mayor parte de estos datos han probado ser falsos, fue el stock inicial vital para ese infame .TXT, más digno de un 286 que de un homo sapiens sapiens. Sin tomarse la molesta de chequear la veracidad de ese patrimonio inicial y rigor bibliográfico = 0 creó las mismas ocho categorías que perduran hasta hoy (las subcategorías vendrían después) y nació la primera versión en el disco duro de nuestro e-héroe. 

La vomitiva primera versión fue diseñada como si su objetivo fuese suscitar arcadas en los diseñadores web de hoy:

 Versión 1, de septiembre de 2003. El Editor merece la muerte mediante garrote vil, eso está fuera de discusión, pero para que sea sin ensañamiento considere al menos que donde dice “nuM” iban números de colores, como solo el primer dato muestra

A objeto de estrenar este engendro en la red de redes El Editor recurrió a los 20 MB gratuitos en el servidor de ingeniería de la PUC a los que tenía acceso como alumno. Tuvo que firmar un compromiso titulado como “solemne”, no obstante que la tipografía de elección fuese Comic Sans.

 Acta de nacimiento de Datos Freak

Esa versión se quedó en el dato 1113, si bien muchos de ellos probaron con posterioridad ser falsos o fueron borrados. Era HTML plano que, más allá de repugnar a cualquier monotrema, incurría en el incomprensible error de publicar los datos nuevos AL FINAL. Así se garantizaba dificultarle tanto como fuere posible la navegación a los usuarios frecuentes (si es que acaso existía tal animal). Pero como los datos estaban numerados manualmente, el esfuerzo de invertirlos era excesivo para todo quien que no aspirara acabar en el psiquiátrico. 

Aun así, el esperpento se las arregló para ser publicado por la edición impresa de El Mercurio (aunque la frase “pero no publica fuentes” quedó rondando como animal herido en la mente del fundador).

Pese a las risibles carencias visuales, El Editor comenzó a entusiasmarse con la idea de generar una cantidad significativa de visitas. Algún día gris, en las cercanías de la hoy desaparecida sala A8 del Campus San Joaquín (contigua al también desaparecido Playero) le comentó a Sebastián Varas que, ¿por qué no? podría alcanzar 3.000 visitas diarias. Su interlocutor, con pleno sentido de la diplomacia, respondió algo así como “vaya, pero eso es harto”, mientras internamente se reía de los infundados sueños de grandeza de su interlocutor. En ese momento nunca imaginó que a) El Editor no lo olvidaría, y b) volvería a saber de esta obsesión una década y media después.

Un buen día, El Editor recibió un escueto pero imperecedero email del Gran Pablo Alfaro, su gurú personal de las TI desde le época del cuadrado rojo (1987, si acaso puede creerlo). Decía: “Esto me tomó un minuto: http://www.datosfreak.tk Saludos Lillo”. Aunque sin merecerlo, ese indecente vástago del bloc de notas alardeaba de una URL que no era imposible de dictar. Casi mejor, prescindía de la aborrecida cola de chancho ~, ese carácter infame que sólo el 0,000007913% de la población latina adulta es capaz de tipear. Aunque se tratase de un dominio gratuito de unos infestos atolones del Pacífico Sur con una economía basada primordialmente en cocos y papayas -Tokelau, Nueva Zelanda-, fue un bello momento en la historia de esta noble e inútil causa. 

En la navidad de 2005, Datos Freak fue sujeto de otra bella e inmerecida dádiva. Esta vez, de manos de Lamar Comunicaciones: nada menos que www.datosfreak.cl. Snif, tanta generosidad de tantos, snif. Datos Freak retribuyó con un banner tasado en  medio cajón de tomates esos magnánimos $20.170 pesos chilenos. 

La web era aun un adefesio (palabra que, como todo el mundo sabe, proviene de “Ad Ephesios”, a los Efesos) hasta que, taraaaan, el primer semestre de 2007 el Ilustre, el Ejemplar, el Sabio Tristán Riquelme -un hombre que, en palabras de Mario Merino, es capaz de programar La Matrix- decidió concederle a Datos Freak una estructura más digna del siglo XXI que del Oligoceno. 

Se habló de transformarla en una wiki, pero finalmente primó la estructura de jerarquización por votación que existe hoy, inspirada en Digg (hoy diríamos Reddit). Se votaba “pulgar arriba” o “pulgar abajo”. Aquí un souvenir digital.

 Versión 2. Aquí ya al menos estamos hablando de un sitio para seres humanos.

Y acá una visión panorámica (como si tan poca cosa justificara dos pantallazos).

 Versión 2

El lector podrá imaginar que la masa crítica de ociosos dispuestos a husmear en Datos Freak probó ser insuficiente para implementar un algoritmo de orden que considerara simultáneamente votos y antigüedad  de la publicación. Al tiempo hubo que reconocer que no habría más remedio que desplegar de acuerdo al milenario criterio del orden cronológico.

A medida que el proyecto adquiría cuerpo el llamado del rigor se volvió ensordecedor. Había que referenciar, separar el trigo de la paja, el filete del brócoli. El primer semestre de 2009, se dio inicio a un proceso sistemático, e increíblemente intensivo en uso de tiempo -sin remuneración de por medio… de todo hay en la Viña del Señor- destinado a verificar la veracidad de los datos sin fuente o aquellos con fuentes dudosas (No insista: www.lostreschanchitos.blogspot.com NO es aceptada como fuente). 

Tomás Barañao participó en los albores con espíritu mercenario. Daniela Elgueta, Eximia Desmitificadora Profesional, ayudó a hacerlo posible. Agradecemos también a Google Inc., y en particular a su Neo Biblioteca de Babel, que asumimos fue edificada bit sobre bit con el objetivo último de probar la veracidad de aquellas curiosidades que pululan bibliográficamente huérfanas por las soledades de la cibergalaxia. 

En agosto de 2009 fue el advenimiento de las redes sociales. Eximio Pablo Matamoros, el twittero mas prolífico de los reinos de occidente, informó a los jerarcas de esta institución que existían artilugios para twittear los datos nuevos en forma automática. Lo que comenzó como una prueba en el espíritu “total, no pierdo nada y así no me quedo abajo de la micro” hoy se ha consolidado como un canal de cacareo de nuevos huevos. Y hace rato que se publica a mano, relegando al sótano a aquellos admíniculos oscuros de sincronización automática. De hecho, si usted no sigue a @DatosFreak está completamente out. ¿Me sigue? 

En noviembre de 2009, afírmese compadre, se dio la traumática mudanza del .cl al .org Con dolor, porque para efectos de ser favorecidos por Oh Excelso Google los 1.300 links que datosfreak.cl llegó a acumular (gracias amigas y amigos, gracias) se perdieron. Pero era necesario, pues Datos Freak aspira a cubrir todo el espectro hispanoparlante con su superior-inconfundible-genial-e-inimitable estilo. Y eso, claro está, no puede lograrse con un dominio local, menos aún uno asociado a una franja de tierra larga y angosta que idolatra a Paolo Menoguzzi y que no logra superar los octavos de final de una Copa del Mundo desde 1962. 

En febrero de 2010, vio la luz el Facebook de Datos Freak. Aunque bastante menos exitoso que su par microblóguico -inexplicable a nuestro juicio, en circunstancias que posee las novedades más pulentas del cybercosmos sideral-, en Datos Freak aún confiamos que más temprano que tarde será piedra angular en nuestra tarea de dominación mundial (pacífica). 

La explosión a la Digg, desde luego, no llegó, y en abril de 2013  el Ilustre, el Ejemplar, el Sabio Tristán Riquelme red anunció: “renuncio a todos mis derechos y mis izquierdos con respecto al sitio”. 

El Editor, tan huérfano de programador como inepto para el reordenamiento de bytes, se volcó al mercado de freelancers. Había que ordenar los datos por mejor votado en lugar de más votado, de manera de no eternizar a los antiguos en la delantera como consecuencia de una ventaja arbitraria.

De entre uno que otro interesado, El Editor decantó por Nicolás Straub. Al poco andar, el pago fue reemplazado por una sociedad informal. He aquí, queridos míos, la tercera versión:

 Tercera versión, la primera de Nicolás, con el horrendo banner promocionando el libro Historia Freak de la Música

O en su versión no panorámica:

 Tercera versión aún, no se me adelante

Mientras todo esto ocurría en las fauces del servidor, El Editor mutó a El Escritor. No lo planeó así, pero así fue como ocurrió. En la primavera de 2013 Michelle Bachelet marcaba el 119,305% de las preferencias de voto para la siguiente presidencial. El Editor, notando que su empleo en el gabinete del Subsecretario del Interior no sobreviviría a marzo, compró pasajes. Tan pronto acabó el gobierno, se las mandó a cambiar por cinco meses. Un veterano de viajes requetelargos -recordará la espera para la visa de Irán en el este de Turquía- El Editor había aprendido que en esos periplos resulta preferible incorporar una dimensión activa en lugar de volverse un insaciable consumidor pasivo de fotos y experiencias. ¿Por qué no entretejer los datos de esta web en un relato continuo? Fue el origen de Historia Universal Freak. 

Nunca pensó que el libro fuera más que una experiencia aislada, un tarro de manjar en medio del recreo. Eso hasta el atardecer del 28 de julio de 2014. En camino a la Universidad de Columbia,  al son de David Bowie, ocurrió la epifanía. El plan por defecto y nunca cuestionado de volver a buscar una pega tradicional se convirtió, en ese momento y en ese lugar, en el puntapié inicial de un oficio.

De vuelta en Chile, Nicolás seguía afanándose, en horarios más propios de mamífero nocturno australiano que de humano santiaguino. Es así que cuajó la cuarta versión. 

 Versión 4

O en su versión no panorámica:

 Versión 4

Pero Nicolás tuvo que dar a un paso a un lado. Otra vez, zozobraba el soporte softweril de El Editor. 

Es aquí donde vuelve a la escena Sebastián “ni en tus sueños llegas a 3.000 visitas diarias” Varas. Aún no sabemos hasta que punto por conveniencia y hasta que punto por piedad hacia El Editor, aceptó acometer el desafío natural: migrar a alguna plataforma de clase mundial que permitiera concentrarse en el contenido. La escogida fue WordPress, y este picante caldo de pixeles sobre el cual usted posa sus ojos fue parido en marzo de 2019.

En este camino, el proyecto ha recibido la colaboración dedicada de muchos otros: aunque tantos queden fuera, Daniela Elgueta, Roberto Munita y Renato Valdivia han sido especialmente generosos a la hora de compartir con la plebe las curiosidades más sabrosas que pueblan el globo. Entre 2011 y 2016 se recepcionó un  pujante aventón de manos de Carmen Álvarez, especialista en joyas extensa y cariñosamente trabajadas. es ella también la responsable de la colonización de las tierras de Pinterest. Gracias también a Jorge Gómez (@Pelotazo) por sus generosos retwitteos en los albores, a Jupa por su crucigrama, a Mario Hitschfeld por su radiodifusión desinteresada, a Rafa Delpiano por sus correcciones etimólogicas y a Bernardo Quiroga por sus correcciones de todo tipo. 

Por último, gracias a El Destino porque todo esto tuviera lugar en el contexto de un idioma nutrido en representantes como es el mighty castellano -porque ese espermio no fecundó a una meretriz birmana en un desliz de la carne, porque ese óvulo no recibió al lechero maltés-. A la hora que se da en una lengua de esas de fin de mundo que amenazan con desaparecer con cada muerte de un miembro del Consejo de Ancianos, poco y nada de esto (por poco que “esto” sea) hubiera sido posible. 

Si usted leyó esto completo hasta acá, existe un serio riesgo de que administre su tiempo de un modo peligrosamente similar del fundador. Visite a un profesional ahora que aún está a tiempo.de

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