No se meta con su fervor patriótico
No se meta con su fervor patriótico
No se meta con su fervor patriótico
En el tercer partido de la fase de grupos del mundial de México 1970, el anfitrión venció a Bélgica por la cuenta mínima, y consiguió con ello pasar a la ronda siguiente.
Embriagado de felicidad, el alcaide de la cárcel de Chilpancingo, que albergaba solo condenados a cadena perpetua, recorrió los pasillos del recinto pistola en mano gritando “¡Viva México!”, liberando uno a uno a 142 criminales.
El tribunal competente lo absolvió, porque, según se puede leer en la motivación de la sentencia, actuaba llevado por un arrebato de patriotismo.
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Fuentes
Ryszard Kapuscinski. "La guerra del fútbol". Ed. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2012. ISBN: 9788499921686. Pág. 4 https://books.google.cl/books?id=u9TZ6EpDziEC&pg=PT4