“Es que no hay como la cocina casera”
“Es que no hay como la cocina casera”
“Es que no hay como la cocina casera”
En 1926, René Fonck trató de cruzar el Atlántico, desde Nueva York a París, en un solo vuelo ininterrumpido, una hazaña que nunca antes se había realizado. Nadie estaba seguro si acaso la tecnología de la época era o no capaz de proveer motores que pudiesen elevar el peso del combustible requerido. Cada gramo debía ser cuidadosamente escogido. Sin embargo, Fonck empacó combustible extra, un copioso equipo de emergencia, dos tipos de radios, ropa de recambio, regalos para amigos y colaboradores, abundante comida, vino, champagne, y una cena de tortuga, pavo y pato para preparar una vez que aterrizara, como si París no ofreciera suficiente oferta gastronómica.
El avión no fue capaz de despegar. Una vez que se le acabó la pista se estrelló a toda velocidad, y los 2.850 galones de combustible de aviación estallaron en una gigantesca bola de fuego. Dos de los cuatro miembros de la tripulación murieron incinerados.
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Fuentes
Bill Bryson. “One Summer: America, 1927”. Ed. Doubleday, 2013. ISBN 9780385537827 Localización 185