La función debe continuar… siempre que nadie pierda la conciencia
La función debe continuar… siempre que nadie pierda la conciencia
La función debe continuar… siempre que nadie pierda la conciencia
Para el estreno de la primera ópera de Richard Wagner el tenor olvidó sus líneas y se escondió tras una gran bufanda de plumas. La siguiente función tuvo que ser cancelada luego de que el celoso marido de la prima donna y el segundo tenor se ensartaran a trompadas antes de levantar la cortina. En su intento por detener a su esposo, la mujer recibió un golpe y perdió la conciencia. En el público había tres espectadores. Apropiadamente, la obra se llamaba Das Liebesverbot. o “La Prohibición de Amar”. Nunca fue presentada de nuevo mientras Wagner estuvo vivo.
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en 1861 estrenó Tannhäuser en París, la nueva capital de la ópera. Fue un fiasco, pero más por porfía interpretativa que por carencias musicales. A lo largo de sus 163 ensayos, los administradores le imploraron que acatara la costumbre local de presentar el ballet en el segundo acto. Wagner se negó. Lo mantuvo en el primero. Los aristócratas del Jockey Club solían arribar al segundo acto, ya bien cenados y bebidos, para disfrutar de la anatomía de las ballerinas y seducir una que otra a la salida. Una vez enterados que no habría con qué recrear la vista, sabotearon la función armados de silbatos para perros y profiriendo maullidos de gatos .
Fuentes
Hugh Frederick Garten. "Wagner the dramatist". Ed. Rowman and Littlefield, 1978. ISBN: 9780847660582. Pág. https://books.google.cl/books?id=rF8IAQAAMAAJ&q=%22backstage%22