En 1668, cuando la industria vitivinícola de la región francesa de Champagne se encontraba muy debilitada por sus rivales de Borgoña, le fue encargado a Dom Pierre Pérignon, monje benedictino y abad de Hautevillers entonces de 29 años, hallar un método para eliminar las molestas burbujas de aire del vino, consideradas un signo de mosto pobremente elaborado.

Poco después, las burbujas se pusieron de moda y Dom Pérignon tuvo que revertir el proceso.

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Fuentes

Gérard Liger-Belair. "Uncorked: the science of champagne". Ed. Princeton University Press, 2004 ISBN 9780691119199. Pág. 11 http://books.google.com/books?id=9spqgZHAnYMC&lpg=PP1&hl=es&pg=PA11