Lo que había que abortar era la idea
Lo que había que abortar era la idea
Lo que había que abortar era la idea
Siguiendo las enseñanzas de Aristóteles, Santo Tomás sostenía que los embriones masculinos adquirían alma 40 días después de la concepción, mientras que los femeninos debían esperar hasta el día 90. Una idea que influyó por cientos de años en la legislación sobre aborto.
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Fuentes
Jason T. Eberl. "Thomistic Principles and Bioethics". Ed. Routledge, 2006. ISBN: 9781135986186. Pág. 130 http://books.google.com/books?id=Ev2SAgAAQBAJ&pg=PA130