En 1935, un tiburón tigre fue capturado cerca de Coogee, Australia, y enviado al acuario. A la semana, indigesto con un tiburón menor que había devorado poco antes de su captura, vomitó. Resulta que ese otro tiburón contenía un brazo humano en su interior. La extremidad, con un vistoso tatuaje, quedó flotando en la piscina para espanto de la pequeña multitud de espectadores. Con las huellas dactilares identificaron el brazo perteneciente al antiguo boxeador James “Jim” Smith. El hallazgo permitió iniciar una investigación penal, que acabó con uno de los involucrados, Reginald William Lloyd Holmes, colaborando con la policía y en consecuencia asesinado poco después.

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Fuentes

Vince Kelly. "The Shark Arm Case". Ed. Angus & Robertson Publishers, Australia. 1963 & 1975. ISBN 0207132127.