“¿Y no era más fácil publicar la declaración de intereses en la web? Oh, wait!”
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Candidato viene del latín candidatus, vestido de blanco, por la costumbre en la antigua Roma de que los candidatos usaran togas blancas, símbolo de fidelidad. Solían usarlas abiertas, para exhibir las cicatrices, expresión de valentía.
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Fuentes
Corominas, Joan. "Diccionario Crítíco Etimológico de la Lengua Castellana". Editorial Francke. Berna, 1954. Volumen I, página 630