“Se ve mal la cosa… a vuelo de pájaro”
“Se ve mal la cosa… a vuelo de pájaro”
“Se ve mal la cosa… a vuelo de pájaro”
En la antigua monarquía romana, anterior a la república, quien aceptara el cargo de rey debía obtener la aquiescencia divina, pues asumiría además como sumo sacerdote de Roma. Un augur sentaba al postulante en un sitial de piedra y anunciaba qué opinaban los dioses de todo esto, interpretando los vuelos de las aves y otras señales (ver etimología de siniestro). La palabra “inauguración”, en el sentido de dar inicio un mandato, se origina en este ritual.
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Fuentes
Corominas, Joan. "Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana". Ed. Gredos 2011. ISBN 9788424920401. Pág. 14