Medalla de oro de fútbol… y actuación
Medalla de oro de fútbol… y actuación
Medalla de oro de fútbol… y actuación
Para los Juegos Olímpicos de 1924, antes de la era de la televisión, los europeos nunca habían visto jugar fútbol a Uruguay.
Los yugoslavos, contra quienes estrenarían, enviaron espías a la práctica. Cuenta Eduardo Galeano:
Los uruguayos se dieron cuenta, y se entrenaron pegando patadas al suelo, tirando la pelota a las nubes, tropezando a cada paso y chocándose entre sí. Los espías informaron:
—Dan pena estos pobres muchachos que vinieron de tan lejos…
Apenas dos mil personas asistieron a aquel primer partido. La bandera uruguaya fue izada al revés, con el sol para abajo, y en lugar del himno nacional se escuchó una marcha brasileña. Aquella tarde, Uruguay derrotó a Yugoslavia 7 a 0.
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Además del oro, el triunfo uruguayo dejó tres huellas indelebles en la jerga. La primera de ellas, cuando celebraron el apoyo de la afición francesa dando una vuelta a la cancha, saludando a los espectadores que los aclamaban y les lanzaban flores. Desde entonces la llamamos Vuelta olímpica. La segunda, aconteció cuatro meses más tarde, en un par de partidos de festejo/desafío ofrecidos por Argentina. En Buenos Aires, Cesáreo Onzari batió la valla charrúa con un lanzamiento de esquina. En vista del contendor, no se sabe si más como burla o como ofrenda, lo llamaron gol olímpico. En tercer lugar, se cercó el campo con un alambrado de un metro y medio de alto. En algunos países aún se lo llama “alambrado olímpico”.
Fuentes
Eduardo Galeano. “Fútbol a Sol y Sombra”. Ed. Siglo Veintiuno, 5° edición, 2014. ISBN 9789876295024. Localización: 616