“Ninguna roldana es demasiado para mi codo”
“Ninguna roldana es demasiado para mi codo”
“Ninguna roldana es demasiado para mi codo”
En 1883, Howard Blackburn perdió sus guantes en un pequeño bote frente a la costa de Terranova y dejó que sus manos se congelaran en una posición de gancho para poder remar de regreso a la orilla. Perdió todos sus dedos, pulgares inclusive, y también algunos dedos del pie, pero sobrevivió. Tiempo después, cruzó el Atlántico en solitario en 39 días, un récord de velocidad que no fue batido en 38 años.
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Fuentes
Joseph E. Garland. "Down to the Sea: The Fishing Schooners of Gloucester". Ed. David R. Godine Publisher, 2000. ISBN: 9781567921410. Pág. 108 https://books.google.cl/books?id=6JGDqAd1sjkC&pg=PA108