La alternativa misericordiosa: no tiene que volver a sonarse en su vida
La alternativa misericordiosa: no tiene que volver a sonarse en su vida
La alternativa misericordiosa: no tiene que volver a sonarse en su vida
Cuando los Yurchen se hicieron del poder en el norte de China en la década de 1120, decretaron que, si un asesino era capaz de compensar a la familia de la víctima con ganado y otros bienes, podía evitar la pena de muerte. En su reemplazo, solo debían someterse a que se le cortara las orejas y la nariz.
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Fuentes
Geoffrey Blainey. "A Short History of the World". Ed. Penguin Books Limited, 2001. ISBN: 9780857969293. Localización 2967