Nada mejor que un médico en la familia (dicen)
Nada mejor que un médico en la familia (dicen)
Nada mejor que un médico en la familia (dicen)
El joven Jean-Claude Romand era un tranquilo estudiante de medicina francés. Todo parecía normal, hasta que no se presentó a un examen en segundo año.
No queriendo confesarle a su padre el fracaso, continuó asistiendo a clases, y pagando la universidad. El día de la graduación de sus compañeros, consiguió un título falso, y convenció a su familia y amigos de que trabajaba para la Organización Mundial de Salud, y que era experto en arteriosclerosis. Incluso decía viajar periódicamente, y en vez de dejar el país, se encerraba en un hotel a estudiar los temas de las conferencias y el mapa de la ciudad donde se suponía estaba.
Se casó con una amiga de la infancia, con quien tuvo dos hijos. Pagaban las cuentas con el sueldo de su mujer, y con los ahorros de familiares y amigos, quienes se los entregaban a Romand en vista de su supuesto acceso a mejores fondos por su cargo y conexiones políticas.
Así vivió por 18 años. En 1993, la mentira amenazaba con estallar. Su suegro pidió sus dineros de vuelta. “Para ahorrarle el sufrimiento a sus familiares”, según su propia versión de los hechos, asesinó con un uslero a su mujer, mató de un balazo a cada uno de sus hijos, fue a comer tranquilamente donde sus padres, y al terminar de comer los mató, junto con su perro.
Intentó también matar a su amante, aunque sin éxito. Volvió a su casa, e intentó quemarla, después de tomarse una dosis de remedios que debiera matarlo. Los bomberos lograron rescatarlo, y hoy cumple condena perpetua.
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Bonus Track
Su suegro murió por caer de una escalera unos meses antes del quíntuple homicidio, cuando empezó a pedir de vuelta el dinero entregado a Romand.
Fuentes
"La gran mentira: En la mente de los fabuladores más famosos de la modernidad", 2009, José María Martínez Selva, Volumen 156 de Paidós contextos, ISBN 9788449322686