“¡Que estoy vivo le digo!” “Ah, no sé ná yo, el sistema dice otra cosa”
“¡Que estoy vivo le digo!” “Ah, no sé ná yo, el sistema dice otra cosa”
“¡Que estoy vivo le digo!” “Ah, no sé ná yo, el sistema dice otra cosa”
En 1708 el astrólogo John Partridge, dado a la costumbre de la vaticiar la muerte de ciertas personas, se refirió sarcásticamente a la Iglesia de Inglaterra como la “Iglesia infalible”. Como respuesta, Jonathan Swift, bajo el seudónimo de Isaac Bickerstaff, predijo en una carta que Partridge moriría el 29 de marzo de ese año. Llegada la fecha, Swift publicó otra carta, supuestamente de un “empleado de Hacienda”, que confirmaba la muerte. La carta fue reimpresa por otros escritores y editores junto con el elogio que la acompaña:
Aquí yace con cinco pies de profundidad sobre su espalda
Zapatero, traficante de estrellas y charlatán…
respecto de quien las estrellas en pura buena voluntad,
hacen lo mejor que puede para mirar hacia arriba todavía.
Lloren todos sus clientes que usan
Sus pastillas, sus almanaques o sus zapatos.
Partridge respondió en una carta que seguía vivo y Swift anunció que era falsa: “ningún hombre vivo jamás escribiría cosas tan malditas como esta”. Partridge era muy impopular entre los partidarios de la Iglesia, los enemigos de la astrología y aquellos cuyas muertes había predicho. Sus muchos detractores mantuvieron el engaño mucho después de que Swift lo abandonara y Partridge sufrió los efectos del engaño por el resto de su vida.
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Fuentes
Christopher Fox. "The Cambridge Companion to Jonathan Swift". Ed. Cambridge University Press, 2003. ISBN: 9780521002837.