Tras el triunfo en la batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, el ejército patriota llegó a Santiago. José de San Martín citó a un sacerdote realista de apellido Zapata que predicaba que el invasor no merecía nombre de santo y que se debía hablar de Martín a secas. El general le ordenó abreviar su apellido y en adelante firmar los documentos oficiales como el Padre Pata.

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Fuentes

Benjamín Vicuña Mackenna. “La revolución de la independencia del Perú desde 1809 a 1819: introducción histórica que comenzó a publicarse en El Comercio de Lima, en forma de artículos críticos, con el título de Lord Cochrane y San Martín”. Ed. Impr. del Comercio por J. M. Monterola, 1860. Pág. 105. https://books.google.cl/books?id=WgE0AQAAIAAJ&pg=PA105