Los astronautas no lloran
Los astronautas no lloran
Los astronautas no lloran
Las lágrimas de los astronautas no pueden fluir en el espacio. El líquido se acumula progresivamente en el mismo ojo y en el puente de la nariz.
En el caso del canadiense Chris Hadfield, un solo ojo se irritó en abril de 2001 mientras instalaba el Canadarm2, 402 kilómetros sobre la superficie, y el líquido fue suficiente para inundar ambos ojos. Imposibilitado de limpiarlos debido al casco, por poco tuvo que cancelar la misión. Trató de usar los párpados como limpiaparabrisas sin éxito. Las lágrimas acabaron por evaporarse.
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Fuentes
John Melady. "Maple Leaf in Space: Canada's Astronauts" Ed. Dundurn Press Ltd., 2011 ISBN 9781554887521 Pags. 109-110 http://books.google.com/books?id=-OOcCPLmxMQC&pg=PA109