Para que lo piense dos veces antes de maldecir su suerte
Para que lo piense dos veces antes de maldecir su suerte
Para que lo piense dos veces antes de maldecir su suerte
El éxito de los primeros años de Black Sabbath se debe en gran medida al carisma de Ozzy Osbourne y al talento de Tony Iommi, guitarrista y principal compositor.
A los 17 años de edad, en su último día de trabajo en una instalación de planchas metálicas, Tony Iommi perdió la punta de dos dedos de su mano derecha. Planeaba abandonar su afición por la guitarra, hasta que el capataz de la fábrica lo hizo escuchar unas notas de jazz. Lo que Tony menos quería en ese instante era envidiar a un virtuoso de las cuerdas, pero el hombre insistió.
Le dije que era realmente bueno, y luego él respondió, “Sabes, ese tipo está tocando solo con dos dedos en la mano de su diapasón por una lesión que sufrió en un terrible incendio”.
Era el gran gitano belga Django Reinhardt. Tony no daba crédito a sus ojos:
Estaba totalmente shockeado por esta revelación y tan impresionado por lo que había escuchado recién que repentinamente me sentí inspirado a empezar a tratar de tocar otra vez.
El testimonio animó a Iommi a fabricar sus propias prótesis plásticas para completar sus dedos. Grabando Master of Reality con Black Sabbath, Iommi bajó hasta tres semitonos el tono de su guitarra, para disminuir la tensión de las cuerdas y aminorar el dolor en sus dedos. El bajista Geezer Butler hizo lo mismo, a objeto de alinear los sonidos. A causa de las penurias de un accidente industrial, nacía así la afinación en do sostenido, más oscura y profunda, la tonalidad característica del metal. Iommi fue escogido como el 25º mejor guitarrista por Rolling Stone con dos dedos incompletos.
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Fuentes
Andrew L. Cope. "Black Sabbath and the Rise of Heavy Metal Music". Ed. Ashgate Publishing, Ltd., 2010. ISBN: 9780754668817. Pág. 46 https://books.google.cl/books?id=AfdTGdVhp7AC&pg=PA46