“Solo un bárbaro escucharía música grabada”
“Solo un bárbaro escucharía música grabada”
“Solo un bárbaro escucharía música grabada”
Cuando Thomas Edison construyó su primer fonógrafo capaz de grabar sonidos, en 1877, publicó un artículo proponiendo 10 usos para su invento. Incluía preservar las últimas palabras de personas a punto de morir, grabar libros para personas ciegas, anunciar la hora y enseñar ortografía. La música no estaba muy arriba en su lista de prioridades.
Pocos años después, Edison le dijo a su asistente que su invención no tenía valor comercial. Al poco tiempo cambió de parecer, y decidió entrar al negocio de la venta de fonógrafos… como máquinas para dictar textos en las oficinas. Cuando otros emprendedores aplicaron su invento para tocar música popular al ingresar una moneda, Edison lo objetó, considerando que lo alejaba del “uso serio” de oficina. Edison tardó 20 años en reconocer que el uso principal del fonógrafo sería grabar y emitir música.
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A su muerte, Edison contaba con cerca de 1.300 patentes y derechos de autor a su nombre
Fuentes
Diamond, Jared. "Guns, Germs and Steel". Ed. W.W. Norton & Company, 1999. ISBN 978-0-393-31755-8. Página 243