“¡Cómo no se dio cuenta que el SMS les servía mucho más!”
“¡Cómo no se dio cuenta que el SMS les servía mucho más!”
“¡Cómo no se dio cuenta que el SMS les servía mucho más!”
Tanto la madre como la esposa de Alexander Graham Bell eran sordas. Esto determinó en gran medida su trabajo en acústica, el cual condujo a la primera patente estadounidense de un teléfono en 1876, y que con el tiempo resultó ser la patente más valiosa de la historia.
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Bell no terminó la secundaria
Fuentes
Bruce, Robert V. Bell: Alexander Bell and the Conquest of Solitude. Ithaca, New York: Cornell University Press, 1990. ISBN 0-80149691-8. Página 419.