“Deje esa payasada de ‘revolución industrial’ para mis sucesores”
“Deje esa payasada de ‘revolución industrial’ para mis sucesores”
“Deje esa payasada de ‘revolución industrial’ para mis sucesores”
En 1589, el inglés William Lee inventó una máquina de punto para tejer. La reina Isabel I le negó la patente, por temor a que la tecnología provocara desempleo y miseria entre sus súbditos.
“Master Lee. Considere lo que vuestra invención podría hacer a mis pobres súbditos. Con seguridad les traería la ruina, al privarlos de su empleo, volviéndolos así mendigos”.
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Fuentes
Acemoglu, D., Robinson, J. "Why nations fail: the origins of power, prosperity, and poverty". Ed. Random House, 2012, pág. 182