El 2 octubre de 1937, el Presidente de República Dominicana Rafael Leonidas Trujillo ordenó matar a los haitianos que trabajaban en la caña de azúcar. El método para identificar su nacionalidad era simple: les exigía pronunciar “perejil”, y quienes no podían pronunciar el sonido “r” eran ajusticiados, pues en Haiti se habla un dialecto del francés y tienen serias dificultades con ese sonido.

Cerca de 20.000 murieron en la que hoy se conoce como “Masacre del Perejil”.

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Fuentes

Robert Pack, Jay Parini. "Introspections". Ed. University Press of New England, 1997. ISBN 0-87451-773-7.