La planta Mimosa pudica aprende de la experiencia y recuerda lo aprendido durante periodos extensos.

Le arrojaron agua con un aparato diseñado a medida y dejaron de cerrar sus hojas tras caer en la cuenta de que la perturbación no dañaba. Como en los animales, el aprendizaje fue más rápido en un entorno menos favorable. Recordaron lo aprendido durante varias semanas, incluso después de que las condiciones ambientales habían cambiado.

Si bien las plantas carecen de cerebros y tejidos neuronales, sí poseen una sofisticada red de señalización basada en calcio en sus células, comparable a los procesos de memoria de los animales.

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Fuentes

Gagliano, M., Renton, M., Depczynski, M., & Mancuso, S. (2014). Experience teaches plants to learn faster and forget slower in environments where it matters. Oecologia, 175, 63-72. https://doi.org/10.1007/s00442-013-2873-7