Hasta entrado el siglo 20 la “momia en polvo” era considerado medicina, e ilustres como Francisco I de Francia –quien no salía sin su bolsa de momia en polvo con ruibarbo- y Francis Bacon la consumían. Las tumbas del antiguo Egipto fueron saqueadas para satisfacer la demanda, y cuando “el recurso” se agotó se recurrió a sucedáneos y falsificaciones.

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Fuentes

Carol Andrews. "Egyptian Mummies". Ed. Harvard University Press, 2004. ISBN: 9780674013919. Pág. 88 http://books.google.co.uk/books?id=RxOKmuZUeM4C&pg=PA88