“Mire el lado positivo, la comida no se le va a estropear”
“Mire el lado positivo, la comida no se le va a estropear”
“Mire el lado positivo, la comida no se le va a estropear”
La emperatriz Ana de Rusia (1730-1740) forzó a un príncipe que había cometido “la atrocidad” de desposar a una italiana católica a convertirse en bufón de la corte. Luego, con la italiana ya muerta, a contraer matrimonio con una doncella de reconocida fealdad. Los novios fueron vestidos de payasos, colocados en una jaula sobre un elefante y así desfilaron por las calles, seguidos por una serie de freaks del circo y animales de granja. Remataron en un palacio hecho por completo de hielo, incluyendo la cama y “la leña” de la chimenea. Era pleno invierno, y allá arriba en San Petersburgo (latitud 60°N), donde la temperatura baja a -40°C. La emperatriz les instruyó a que hicieran el amor y mantuvieran sus cuerpos cerca si no deseaban morir congelados en su noche de bodas. La mujer logró cambiar un collar de perlas por un abrigo de piel de oveja de uno de los guardias y con eso sobrevivieron.
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Fuentes
Walter Moss. "A History of Russia: To 1917, Volumen1". Ed. Anthem, 2002. ISBN: 9781843310235. Pág. 255