Aun cuando esa atribución no es resorte de los pilotos
Aun cuando esa atribución no es resorte de los pilotos
Aun cuando esa atribución no es resorte de los pilotos
Durante la edición de 1930 de las 500 Millas de Indianápolis, el piloto Chet Miller se aprontaba a una parada de boxes de mitad de recorrido cuando descubrió que su Fronty-Ford tenía uno de los resortes delanteros derechos roto. El equipo avistó un Modelo T desatendido en la zona de estacionamiento. Sin el propietario a la vista, extrajeron el resorte necesario y lo instalaron. Tras más de 41 minutos de detención Miller volvió y finalizó 13°.
Luego reinstalaron el resorte en el Modelo T y el espectador, se cree, nunca se enteró.
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Fuentes
Griffith Borgeson. "The Golden Age of the American Racing Car". Ed. SAE International, 1998. ISBN: 9780768046830. Pág. 203