Durante la Ley Seca, Saint-Pierre y Miquelon, una isla ínfima al este de Canadá que estaba fuera de la jurisdicción de Estados Unidos, se transformó en el mayor importador del mundo de bebidas alcohólicas.

Las autoridades estadounidenses pidieron explicar cómo cuatro mil personas de forma repentina habían adquirido ese aprecio por el alcohol. El gobernador respondió que no estaba al tanto de aumentos significativos en las importaciones, y que no se había percatado de las dos docenas de grandes bodegas que se habían instalado en torno al puerto principal de Saint-Pierre.

El gobernador prometió averiguar del asunto, y luego informó, con asombroso desparpajo, que había un poco de vino, pero todo destinado a Bahamas.

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Fuentes

Bill Bryson. “One Summer: America, 1927”. Ed. Doubleday, 2013. ISBN 9780385537827 Localización 2645